
¿Que hago?
Veo mis pies. Quieren caminar. ¿Debo dejarles?
Lamento lo que hice, siento aun las extrañas formas en mi mano. La sangre... ¡Si! la sangre.
Me paraliza el pensar, me paraliza saber que estas ahí, o que estas aquí... o en alguna parte... me he quedado sin aliento, sin energías, sin un soplo de esa vida.
¿Que hago?
La sangre es ingrata, es espesa, es esfìmera... no tiene orden, es un caos... y me satura la mente... la sangre es parte de lo que somos y no somos nada.
Colérico, por los pasillos, en la cocina... quiero gritar, puedo hacerlo y lo hago.
Sangre sobre lo que yo era, y sobre las fotos de lo que teníamos, la sangre que inunda las vísceras que mancha mis paredes blancas y que me ahoga en la confusión.
¿Que hago?
Más que arrodillarme y pedir perdón, más que enterrar mis uñas hasta el fondo de mi corazón, más que sufrir el tormento de lo que no soné... clavarme los dedos en la cuenca de los ojos, sentir el vacío de los pensamientos.
¿Que hago?
Si ya no se puede sentir más de lo que se ha sentido... empújame vida, llévame al extremo de la muerte.. déjame en el suelo que quiero seguir arrastrándome por los sueños... dame lo que pido porque es lo único que pido.
¿Que hago?
Sino morirme de nervios.


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