martes, 29 de septiembre de 2009

Fragmento de: Las rarezas de Carlos



Extraño las nubes. Se que suena tonto y algo ridículo que en este punto de mi vida, lo único que extraño sean las nubes. Las recuerdo como algo insoñable.
Desde aquí es difícil verlas, así que se podría decir que más bien extraño el ver las nubes más que en ellas mismas.

Tengo 42 años y me dedico a consolar a las personas. Oficio extraño, lo se. Pero es un oficio.
Creo que nací para ello. Se me da bien y no se cobra mal. El horario es bastante flexible, aunque alguna que otra vez, por razones de peso, he tenido que hacer horas extras o acudir fuera de mi horario normal.
Mirándolo bien, no tengo un horario normal.

(Un fragmento de una novela no acabada... de esas que escribes y se quedan en nada)

FUEGO

"No es fácil descubrir el silencio, lleva su tiempo, requiere paciencia y pasar mucho tiempo a solas".

"No es fácil huir sino sabes hacía donde lo haces"

"Quiero pasar a la eternidad por lo que siento , no por lo que hice. Quiero ser historia para contar y no para olvidar. Quiero mi merecido lugar en el mundo por lo que realmente conseguí. Quiero ser ejemplo y seguir"

"Pido silencio sin darme cuenta que estoy solo, llevo miradas en mi hombro y no distingo de quien son. Respiro y agito mis manos para apagar lo que no está encendido, MI ropa arde y mi mente sigue fría. Calmaré lo que soy cuando consiga saber quien soy"

Horas muertas


No atormentes mi alma, ya sufre con cada gota de su conciencia, hace acallar mi lengua y busca la manera de entretener mi mente.

Deja que sufra ella sola, que sin remedio se hundirá en lo más profundo de la conciencia o en la superficie de la inocencia.

Llevo demasiado peso en mi espalda, cada gota es más pesada. Cada sentimiento es la entrada a un nuevo laberinto.

No quiero seguir caminando, no quiero seguir construyendo un camino.

Deseo morir y volver a empezar, no equivocarme y no amar.