martes, 29 de septiembre de 2009

Horas muertas


No atormentes mi alma, ya sufre con cada gota de su conciencia, hace acallar mi lengua y busca la manera de entretener mi mente.

Deja que sufra ella sola, que sin remedio se hundirá en lo más profundo de la conciencia o en la superficie de la inocencia.

Llevo demasiado peso en mi espalda, cada gota es más pesada. Cada sentimiento es la entrada a un nuevo laberinto.

No quiero seguir caminando, no quiero seguir construyendo un camino.

Deseo morir y volver a empezar, no equivocarme y no amar.

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