Quiero cerrar mis manos, para que el tiempo no transcurra sin lamento, pero no lo consigo, se me agarrotan los dedos y no responden a lo que les grito. Te veo y te pierdo, como las palabras que se pierden dentro del viento.
Y aunque estés a mi lado, nos separa un mundo, nos separan ideas y sueños distintos. Y aunque tus labios me besen no sentiré más que un calor extraño, una humedad desconocida y una mentira esquiva.
Las tormentas son sólo tormentas... la vida es sólo vida... la sangre es sólo sangre... Tú eres sólo tú.



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