Sigo la miseria, la busco, la abrazo... la convierto en algo mío.
Le doy el placer de ser mi familia.
Vivo de la miseria de los demás.
Vivo de la pobreza de espíritu, del desamor, de la vergüenza. Me alimento de los miedos, de los celos y las mentiras. No hay lugar para una sonrisa.
Para mi hay otros los placeres, las enfermedades, las desgracias, las guerras, las lágrimas que duelen, el dolor que provoca la lágrima... mi mejor momento del día es cuando se termina.
Y he elegido está receta de vida porque es más fácil vivir las penas que intentar vivir de las alegrías.
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1 comentario:
nena en mi blog tambien se comenta!! a ver si un dia te pasas y dices algo pa variar jajjajajaja
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